domingo, 13 de noviembre de 2016

Bizcocho de calabaza, nueces y chocolate


Aunque soy una defensora del "menos es más" en esta ocasión la cosa cambia y me he pasado al "más es más".  En un principio se iba a tratar de un bizcocho básico de calabaza, pero porqué no enriquecerlo un poco y ponerle unas nueces y de paso unas pasas que combinan bien, y un  poco de canela, y un poco de nuez moscada...y mientras el bizcocho campaba a sus anchas en el horno unas onzas de chocolate se cruzaron en mi camino y ya puestos, porqué no una cobertura de chocolate, y un poquito de ganache, y...

Aquí está el resultado, un jugosísimo bizcocho lleno de aromas. Simplemente delicioso, diferente y con un equilibrio de sabores impresionante. 




















sábado, 22 de octubre de 2016

Bizcocho de naranja y chocolate

¿Por qué dejar para mañana lo que te puedes comer hoy? Eso es lo que ha ocurrido con este bizcocho cuyo destino era el desayuno de mañana. Recién hecho,  con un olor irresistible y un conejo asomando por la corteza había que comprobar que el interior estaba perfecto ¿no creéis? 

En este caso he optado por mezclar bizcochos de naranja y chocolate, una combinación que me parece perfecta. No tiene más complicación que hornear dos bizcochos pero si no dispones de tiempo o simplemente no queréis complicaros la vida podéis comprar uno de ellos  para hacer la forma simplificando así el proceso. Doy fe que queda igual de bien. Sólo hay que cortar el bizcocho en rodajas, con un cortador dar la forma deseada y colocarlas en fila muy juntitas a lo largo de un molde y verter la masa del segundo bizcocho encima. Así de fácil y espectacular.














miércoles, 25 de mayo de 2016

Croissant

Y así salió él ¡¡¡Oh là là!!! Imponente, atractivo, tierno, con ese brillo satinado que enamora a primera vista. Y es que cada vez es más difícil encontrar un buen croissant. La mayoría lucen con cara de pena en los expositores de algunas pastelerías, hechos con la desidia marcada por la rutina de los años o bien con una materia prima de baja calidad, y es que al final, el negocio es el negocio y cuesta ser competitivo. Resultado: croissants hechos con grasas hidrogenadas, embadurnados con mermeladas o chocolates que disfrazan el sabor.¿Ricos? puede pero no buenos.
Dicho ésto, todavía quedan sitios donde se puede comer un buen croissant.

Un buen croissant se compone de una masa hojaldrada enriquecida y fermentada. Debe ser crujiente por fuera, no demasiado dulce y laminado por dentro. Para ello, es imprescindible utilizar una buena mantequilla, respetar los tiempos de reposo y controlar la temperatura. 

Difícil no es pero sí complicado, aún así merece la pena intentarlo. Una vez conseguido, jamás volveréis a comprar una bolsa de ellos en el supermercado.




  La masa del croissant se diferencia del hojaldre común en que está lleva levadura y el hojaldre no.
Esta masa debe estar fría en todo momento. Después de cada paso hay que dejar reposar en la nevera 10´-15´para que endurezca la mantequilla.

Los procesos de fermentación deben ser largos para garantizar un sabor intenso y que la masa desarrolle poco a poco.
                                                               
      
Ingredientes:

250 gr de harina de fuerza
250 gr de harina normal
10 gr de sal
50 gr. de azúcar
25 gr. de mantequilla
250 ml de agua fría
25 gr de levadura fresca
250 gr de mantequilla para los pliegues



 


1. Amasamos todos los ingredientes menos los 250 gr. de mantequilla durante aproximadamente 20´. Diluimos la levadura en agua fría y amasamos otros 20´. Hacemos una bola con la masa y dejamos reposar 30´a temperatura ambiente.

2. Estiramos la masa con un rodillo hasta 1 cm de grosor y dejamos enfriar en la nevera durante 2 horas. Ponemos la mantequilla fría entre papel de hornear y golpeamos con el rodillo estirándola hasta obtener un rectángulo con un grosor de 0,5 cm, siendo el tamaño la mitad de la masa. Envolvemos la placa de mantequilla y enfriamos de nuevo en la nevera.




3. Enharinamos la superficie y ponemos la mantequilla en el centro de la masa cubriendola con las dos solapas, es decir, tienen que casar en el centro. Cerramos bien y pasamos levemente el rodillo. Para laminar siempre que hay que hacerlo primero en horizontal y después en vertical y de la mitad hacia un lado y de la mitad hacia el otro. Para ello ponemos la masa en posición horizontal y pasamos el rodillo de la mitad hacia la derecha y después de la mitad hacia la izquierda. Damos la vuelta a la masa, enharinando si es necesario y pasamos el rodillo de la mitad hacia arriba y de la mitad hacia abajo.

4. Una vez estirada comenzamos a plegar. En total tenemos que hacer 3 pliegues. Dividimos visualmente la masa en tres partes iguales y doblamos como si fuera un sobre, de tal forma que queden las tres capas de igual tamaño. Reservamos en la nevera durante 15´. Repetimos el proceso otras dos veces más hasta hacer 3 pliegues. Siempre enfriando en la nevera entre cada uno de ellos.
  



5. Estiramos la masa haciendo un rectángulo y recortamos e igualamos los bordes. Cortamos triángulos de 70 gr. aprox. (9cm x 25 cm) y enfriamos 10´.

6. Estiramos con la mano un poco el triángulo desde la base a la punta y en la parte inferior hacemos un corte.
   
   

7. Enrollamos desde la base hacia la punta y pasamos a la bandeja forrada con papel de hornear. 

8. Dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que dupliquen el tamaño (aprox. 2 horas)
Batimos un huevo y un poco de sal y pincelamos. Dejamos en la nevera 30´y horneamos a 170º durante 17´.






                                




                                           












sábado, 14 de mayo de 2016

Brioche


¿Qué os parece un brioche pobre para desayunar? Y digo pobre porque los brioches en función de la de mantequilla que lleven se catalogan en pobres, medios o ricos y el resultado varía mucho en función de ello.
En este caso, he optado por el más sencillo que incorpora un 25% de mantequilla respecto al total de harina. Me parece perfecto para un desayuno, se puede tomar sólo o acompañado con mermelada e incluso con algo salado puesto que no es una masa demasiado dulce.

El brioche no deja de ser una masa de pan enriquecida a la que se le añade mantequilla para darle más sabor y densidad. No lo voy a negar, cuanta más mantequilla lleve más delicioso me parece pero cada dulce tiene su momento y el brioche pobre tiene su encanto.

Un brioche francés, sencillo y ligero, de elaboración nada complicada pero que requiere de tiempo, paciencia y respetar la duración de los levados. 













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