De casta le viene al galgo...y algo de razón tendrá el refrán porque de familia de cazadores viene mi sobrino y ya lo lleva en la sangre.
Impresionante cómo un niño tan pequeño puede disfrutar tanto, cómo se levanta a horas intempestivas para ir a cazar con su padre, cómo maneja a los perros...Y es que la pasión que muestra le hace diferente. Así que cuando me pidió una tarta de Spiderman me rompió los esquemas y por un momento dudé. Pero no, tenía que ser un cazador. Dejemos a Spiderman para otro día.
¡¡¡FELICIDADES LEHENDAKARI!!!
Por cierto, la tarta le encantó.