...una niña que cumplía años y su tía le regaló una tarta de mascarpone y arándanos silvestres. Así empieza este cuento.
Tenía ganas de hacerla, los años van pasando y las niñas van cambiando los gustos. Nunca encontraba el momento y Caperucita pasaba a ser un clásico ya demasiado visto. Estaréis conmigo que si hay un cuento, entre otros muchos, que pasan de generación en generación es el de Caperucita Roja, así que era de obligado cumplimiento rendirle homenaje.
Disfruto haciendo tartas infantiles pero esta ha sido especial, me he visto metida en el cuento, lo he vivido y hasta he sentido el pánico. Por un momento, pensé que en el viaje el lobo se comía a Caperucita, pero hasta en eso, y después del susto, el final ha resultado de cuento: mi sobrino, el cazador, del que ya os he hablado, acabó con el feroz lobo, no dejando ni rastro de él, ja,ja...
¡¡¡ FELICIDADES MARÍA !!!
Una verdadera preciosidad,me has maravillado con todo ese modelado y los infinitos detalles,una vez mas,FELICIDADES!!!
ResponderEliminarBssssss.
La mayoría de los cuentos terminan con final feliz y así quedó la niña ante semejante tarta. Gracias por contribuir en su felicidad. Momentos como estos se quedarán con ella para siempre.
ResponderEliminarGrande, muy grande....Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión. Un gran abrazo.
Vaya tarta hiciste!! Me encanta tanto caperucita como el lobo. Buen trabajo!
ResponderEliminarAna de JUEGO DE SABORES
Que preciosidad. Felicidades.
ResponderEliminarTe acabo de conocer y me encanta tu trabajo. Con tu permiso me quedo por aquí.
Igualmente, te invito a hacerme una visita, serás bienvenida.
Besos. Vicky
Espectacular el trabajo que haces, admiramos la paciencia y el arte que tienes!!! Chapeau, nos quitamos el sombrero!!
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